El neuroma de Morton es una dolencia que provoca una lógica preocupación en quien lo padece. Despejamos todas tus posibles dudas al respecto en los siguientes apartados.

¿Qué es el neuroma de Morton?

Es un engrosamiento de los tejidos que rodean el nervio situado entre el tercer y el cuarto dedo del pie. Aunque se considere un tumor benigno, no es tal. Su nombre procede del apellido del médico que lo descubrió.

Fue este quien aclaró que el engrosamiento del tejido es reactivo y proviene de una irritación previa no tratada.

Causas más habituales

Los nervios interdigitales pasan por un túnel situado en el inicio de los metatarsianos. Es aquí donde se comprimen entre la cabeza de los huesos largos del pie y el nervio que los une. Al tratarse de un espacio reducido, es frecuente que el nervio termine pinzado. A ello contribuye tu peso corporal u otras alteraciones biomecánicas.

Todo esto termina provocando que el nervio se dañe y, como consecuencia, el neuroma. Si se presenta entre el tercer y cuarto dedo, es porque es el punto donde se unen las partes laterales y centrales de tu pie. Esto sucede habitualmente cuando:

  • Usas zapatos demasiado justos y con una punta demasiado estrecha.
  • El antepié tiende a la pronación, es decir, a adoptar una postura comprimida en cada pisada.
  • Padeces una metatarsalgia (inflamación del metatarso). En este caso, habría que comenzar tratando esta dolencia. Si no remite, sería necesario diagnosticar el neuroma de Morton.
  • Practicas deportes que suponen un impacto repetitivo en el pie, como salir a correr. Se incluyen en este grupo otros deportes como los de montaña en los que es habitual llevar zapatos más estrechos.
  • Tienes alguna deformidad en el pie. Especialmente, juanetes, el pie plano/cavo o dedos de martillo.

Síntomas a los que debes prestarles atención

A simple vista no vas a poder apreciar nada, ya que la inflamación no es externa. Sin embargo, sí vas a experimentar algunos de estos síntomas:

  • Una sensación de quemazón y dolor en el pie continuada. Comienza en el centro de la planta del pie y se dirige hacia los dedos. Es como si caminases sobre piedras.
  • Descargas, similares a las eléctricas, que te dan de repente.
  • El pie no se adapta bien a tu pisada, notas cierto entumecimiento.

Estos síntomas se atenúan en cuanto te quitas los zapatos, especialmente si son estrechos, y caminas descalzo/a. Para confirmar el diagnóstico, el especialista tiene a su alcance varias pruebas que ahora te describimos.

Las pruebas diagnósticas más eficaces

Básicamente, son tres, y todas están diseñadas para que el diagnóstico sea lo más exacto posible.

Test de Lasegue

Se realiza durante la exploración física y es de gran ayuda para concretar la presencia del neuroma. El objetivo es comprobar si la articulación metacarpofolángea (entre la cabeza del metacarpiano y la falange proximal de cada dedo) está extendida. Además, se confirma si los dedos presentan dorsiflexión (curva hacia arriba) pasiva o activa.

Test de Mulder

Si la prueba anterior es positiva, se realiza el test de Mulder. Consiste en una ecografía de la zona afectada y de los nervios interdigitales. El objetivo es localizar con más exactitud los neuromas.

Pruebas radiológicas

En ocasiones, es necesario realizar una resonancia magnética que descarte otras dolencias reumáticas. Opciones como la ultrasonografía o los estudios podométricos son de enorme eficacia en estos casos.

La suma de los resultados de las pruebas anteriores provoca que el diagnóstico sea más certero. A partir del mismo, se establecen las pautas para su tratamiento.

morton láser

Opciones de tratamiento del neuroma de Morton

En cuanto al tratamiento del neuroma de Morton, todo dependerá de cada caso particular. El especialista te preguntará sobre el tipo de calzado que usas habitualmente. Te aconsejará que evites los tacones y las punteras demasiado estrechas. De existir una metatarsalgia, te recomendará unas plantillas. El objetivo es repartir mejor tu peso y evitar que el nervio dañado se vea afectado. En relación con las terapias físicas, es frecuente que se apueste por:

  • Las sesiones de hielo durante algunos minutos. Consiguen reducir el problema y paliar los síntomas con eficacia.
  • La aplicación de una pomada que baje la inflamación.
  • Las infiltraciones con corticoides. Solo se utilizan de forma puntual y en casos en los que el dolor es insoportable. En cuanto se detecta que la inflamación ha bajado, se prefieren las dos opciones anteriores. El motivo no es otro que los efectos secundarios que provoca. Es fácil encontrar síntomas como la infección, una subida de tensión o picos de glucosa en la sangre. Además, la piel de la zona cambia de color y provoca una alarma innecesaria en el paciente.
  • Que pierdas peso. Basta con recordar que sobre tus pies descansa todo el peso de tu cuerpo. Cuanto mayor sea, más dificultad tendrán los nervios para mantener la elasticidad correcta. Una dieta saludable es, también en este caso, sinónimo de mejorar tu estado de salud.
  • La fisioterapia. Puede ayudar a reducir la inflamación y a mejorar la flexibilidad del pie. Diversas sesiones ayudarán a fortalecer el nervio afectado.
  • Tratamiento con láser: El tratamiento con Laserdol consigue estimular las células de la zona a tratar, provocando un aumento de la cantidad de sangre y de oxígeno, que llega a las células, y ello conlleva tres efectos directos, que son:
    • Reducción de la inflamación.
    • En consecuencia, reducción del dolor.
    • Recuperación del rendimiento de las células de la zona de piel tratada.

A los tratamientos anteriores, se les realiza un seguimiento. Si no ofrecen un resultado positivo y empeoran tus síntomas, es posible recurrir a la cirugía que el especialista estudiará en cada caso la opción más adecuada y los resultados esperados.

¿Qué deberías hacer tras el tratamiento?

Si bien ya conoces los consejos respecto al calzado, el deporte y tu peso, hay algunas recomendaciones de vital importancia. Toma nota de las que no debes pasar por alto:

  • Deberías someterte a un estudio de la pisada. Este proceso permitirá al especialista saber cómo se reparte el peso de tu cuerpo tras la intervención. Evita someterte a este proceso en una tienda de deportes y hazlo siempre en una clínica especializada.
  • Con la información anterior, renueva tu calzado deportivo y elige cuál es la inclinación de tu pie. En cualquier tienda encontrarás modelos distintos que llevan refuerzos en las zonas más importantes. Comienza a entrenar poco a poco hasta que recuperes la sensibilidad en el pie.
  • Deberías confiar en una plantilla personalizada para que la zona afectada no tenga tanta sobrecarga.

Una dolencia fácilmente superable

Para que puedas sobreponerte a esta situación, es indispensable que les prestes atención a los síntomas. Ahora que conoces las causas, te será más fácil detectarlas y evitarlas. Siempre es recomendable comprobar el motivo de los síntomas e ir a la consulta de un especialista.

La observación directa es siempre sinónimo de éxito. Comprueba si tu planta del pie es normal y cuáles son las áreas que más te molestan. Es importante que terminemos indicando que el neuroma de Morton no es un tumor benigno como opinan algunos autores. Es una simple inflamación que tiene solución médica y que no debe asustarte. Confía exclusivamente en especialistas para su tratamiento. En unos meses lograrás caminar sin molestias siguiendo los consejos arriba indicados.